viernes, noviembre 07, 2008
** Esta es una aportación al blog de mi querido entrenador, Jose Mª Marchante. La pongo textual. En ella se resaltan las claves de un grupo humano de trabajo. Además, a todo el que lea esta página, me gustaría que aportárais vuestros artículos u opiniones.**
LAS CLAVES DEL ÉXITO.
Durante el transcurso del campeonato infantil de selecciones provinciales celebrado el pasado fin de semana en Priego –Córdoba- al conseguir nuestra selección el pase a la final, Carlos Yeray Lobato, adjunto al Director Técnico de nuestra delegación- se acercó a nuestro compañero Alex Naranjo y le preguntó cual era el secreto de nuestros éxitos, reflexión que trasladó a Juan Manuel Coronil y a mi en la noche del sábado y propició una agradable conversación entre nosotros tres.
Yo me atreví a insinuar a mis compañeros que escribiría este post y le pedí a Juanma si podía él publicarlo, al decirme que sí me lanzó a descifrarlo, evidentemente a tiro hecho, dado que lo escribo un par de días después de coronarnos Campeones de Andalucía.
Evidentemente, todo se debe al trabajo que realizamos durante todo el período de preparación, es lo más fácil de escribir y lo más fácil de trasladar a todos los que lean este post, pero para que ese trabajo diera sus frutos, hay que analizar todos los ingredientes:
Todo esto no se ha podido realizar sin el compañerismo que tenemos y demostramos los tres integrantes del cuerpo técnico, somos un grupo unido, fieles, muy compenetrados, con una gran complicidad y que trabajamos por un bien común, la mejora del grupo de jugadores a todos los niveles, deportivos, personales, etc., aquí no vamos buscando glorias personales ni entrenar por el hecho simple de hacerlo, no vamos buscando el salto a alguna selección andaluza, nosotros queremos demostrar que nuestro trabajo es bueno por nosotros no por impresionar a ningún club de la provincia, ni a ningún padre específico calentándoles la cabeza con pajaritos de colores sobre lo bueno que es su hijo/a y donde puede llegar si él habla con cual o tal…
En nuestro grupo los roles están desde el principio bien definidos, aquí no se engaña a nadie y todos sabemos cual es nuestro papel tanto en entrenamientos como en los campeonatos, ese trabajo es evidente que lo tenemos ganado año a año y, por lo cual, ya empezamos la preparación de cada campeonato con un buen terreno ganado.
Resumiendo, buen rollo, amistad, fidelidad, respeto, no tener afán de promociones internas, ni ningunear en contra del primer entrenador, en charlas con directores técnicos, o charlas con los segundos entrenadores, y todas esas cosas que los pobres hombres hacen cuando no saben que hacer para conseguir su fin, con eso llegamos a entrenar a éste fantástico grupo de jugadores, que desde que nos montamos en el autobús en Cádiz hasta el partido de la final contra Málaga lo único que hizo fue crecer como grupo, tanto humana como deportivamente; las premisas del equipo desde que llegamos al pabellón de Priego hasta que empezó la final fue la humildad y el trabajo, y nunca las cambiamos, empezamos con los típicos nervios del primer partido del campeonato, eso y que nos enfrentamos a Sevilla, claro favorito al título, nos hicieron titubear unos minutos, después vimos que podíamos y ahí empezamos a crecer, de ahí hasta el famoso JUGAR que pusimos en la pizarra antes del partido contra Málaga, solo trabajamos, los jugadores en el campo y nosotros en la banda, demostrándole que su trabajo era la línea a seguir para intentar primero llegar a la final y después soñar…
Confianza es la última clave. La confianza que nosotros le dimos a los jugadores era proporcional a la confianza que el grupo tenía en lo que hacía –trabajo de los entrenamientos- y en lo que podía hacer –campeonato-, y la prueba palpable de todo lo que expongo fue el malísimo momento que pasamos al final del segundo cuarto, faltando un poco más de dos minutos Málaga se pone por encima diez puntos, tiempo muerto nuestro y lo único que le dijimos fue que tuvieran confianza en lo que estaban haciendo y que jugaran como ellos sabían…parcial de trece a dos para irnos sobre la bocina uno arriba…
El final de ésta historia todo el mundo lo conoce, y ahora también conocen un poco los entresijos de nuestro equipo, tanto en el cuerpo técnico como el trabajo con los jugadores, aquí no ha habido fórmulas mágicas, ni jugadas ganadoras de últimos segundos, ni la defensa que todos intentan copiar cuando hacen trabajos en los cursos de entrenadores, aquí no hemos copiado nada para llegar a donde hemos llegado, simplemente le pedimos a nuestros jugadores… que jugaran baloncesto.